El Dálmata es testarudo, independiente, amistoso y payaso. A pesar de la fama de rebelde, este es un perro con una gran capacidad de adaptación y aprendizaje. De pequeño se le ha de educar con firmeza ya que es fácil que coja malos hábitos y que luego cueste corregirlos. Le gusta correr, saltar, jugar y sentir la presencia y el afecto de los dueños. Con los niños es muy dulce y se adapta perfectamente a sus juegos
.La principal característica del Dálmata es su capa blanca moteada de manchas negras o bien marrón-hígado. Es un perro bien proporcionado, musculoso y fuerte. Sus orejas son de implantación alta, bastante anchas en la base y se van adelgazando. Su cola llega hasta el corvejón, es fuerte en la base y va disminuyendo gradualmente hasta la extremidad. El pelo es corto, duro, denso, de aspecto liso y brillante.
El mantenimiento del Dálmata no es complicado, basta con cepillarlo con regularidad y sacarlo a pasear cada día para que pueda quemar toda su energía casi inagotable.
Se adapta bien a la vida hogareña y se aconseja que no duerma en el exterior, ya que su pelo es muy corto y no lo protege del frío.
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